El terremoto de Chile

Editorial
Páginas
172
Alto
22 cm
Ancho
14 cm
Encuadernación
Rústica
Nadie ha escrito ni ha muerto por decisión propia, con más voluptuosidad y mayor rebeldía que Heinrich von Kleist. Toda la escenificación de su muerte es su última obra de arte: la consumación de todos los dramas literarios y teatrales que había escrito hasta entonces. Por eso, este libro comienza con un sugerente texto de Michel Tournier sobre su suicidio. Después, siguen tres de sus mejores relatos: «El terremoto de Chile», «La marquesa de O» y «La mendiga de Locarno». El primero versa sobre la fuerza destructora del Destino y su absurdo gobierno del mundo. El segundo narra las peripecias de una mujer que ha quedado encinta y no sabe cómo. El tercero es un cuento de fantasmas. En cada una de estas tres piezas brilla esa prosa que tanto gustaba a Kafka, caracterizada por un brillante dominio de los recursos dramáticos....Leer más
Nadie ha escrito ni ha muerto por decisión propia, con más voluptuosidad y mayor rebeldía que Heinrich von Kleist. Toda la escenificación de su muerte es su última obra de arte: la consumación de todos los dramas literarios y teatrales que había escrito hasta entonces. Por eso, este libro comienza con un sugerente texto de Michel Tournier sobre su suicidio. Después, siguen tres de sus mejores relatos: «El terremoto de Chile», «La marquesa de O» y «La mendiga de Locarno». El primero versa sobre la fuerza destructora del Destino y su absurdo gobierno del mundo. El segundo narra las peripecias de una mujer que ha quedado encinta y no sabe cómo. El tercero es un cuento de fantasmas. En cada una de estas tres piezas brilla esa prosa que tanto gustaba a Kafka, caracterizada por un brillante dominio de los recursos dramáticos. El narrador de Sobre el teatro de marionetas describe cómo un joven pone el pie sobre un taburete en la misma posición que la escultura romana de El niño de la espina. Al decírselo, el joven mira al espejo para observar el parecido e intenta repetir la pose, pero ya no lo consigue. La gracia, la inocencia, han desaparecido: una vez perdida la naturalidad ya no se vuelve a encontrar. Por eso, si se saben manejar las marionetas con verdadero arte se puede producir un espectáculo mejor que el de cualquier bailarín, porque la naturaleza inconsciente llega a manifestarse en cada uno de sus movimientos. La conciencia destruye la belleza… Cierra el volumen un excelente conjunto de textos breves desconocidos en nuestra lengua que Kleist titula «Anécdotas». «Mi imaginación se encuentra tan activa frente al papel en blanco, las formas que produce son tan acabadas (...) que me resulta arduo y doloroso pensar de nuevo en la realidad.» Heinrich von Kleist Leer menos
Clasificación
Todos > Literatura > Literatura General
Título
El terremoto de Chile
ISBN
9788493576363
$345.00 -25%
$460.00
Kleist nació en el seno de la familia von Kleist en Frankfurt an der Oder en el Margraviate de Brandenburgo. Después de una educación escasa, ingresó en el ejército prusiano en 1792, sirvió en la campaña del Rin de 1796, y se retiró del servicio en 1799 con el rango de teniente. Estudió derecho y filosofía en la Universidad Viadrina y en 1800 recibió un puesto subordinado en el Ministerio de Finanzas en Berlín....Leer más
Kleist nació en el seno de la familia von Kleist en Frankfurt an der Oder en el Margraviate de Brandenburgo. Después de una educación escasa, ingresó en el ejército prusiano en 1792, sirvió en la campaña del Rin de 1796, y se retiró del servicio en 1799 con el rango de teniente. Estudió derecho y filosofía en la Universidad Viadrina y en 1800 recibió un puesto subordinado en el Ministerio de Finanzas en Berlín. En el año siguiente, ambulante, espíritu inquieto de Kleist sacó lo mejor de él, y la adquisición de un permiso prolongado de ausencia visitó París y luego se instaló en Suiza. Allí se encontró con amigos agradables en Heinrich Zschokke y Ludwig Wieland (de) (1777-1819), hijo del poeta Christoph Martin Wieland; y les leyó su primer drama, una tragedia sombría, La Familia Schroffenstein (de) (1803). En el otoño de 1802, Kleist volvió a Alemania; visitó a Goethe, Schiller, Wieland y en Weimar, se quedó un rato en Leipzig y Dresde, de nuevo pasó a París, y regresando en 1804 a su puesto en Berlín fue trasladado a la Domänenkammer (departamento de la administración de tierras de la corona) en Königsberg . En un viaje a Dresde en 1807, Kleist fue arrestado por los franceses como un espía; permaneció como prisionero de Francia en el Fort de Joux. Al recuperar su libertad, él procedió a Dresde, donde, junto con Adam Heinrich Müller (1779-1829), publicó la revista Fobos en 1808. Carta de suicidio dirigida a su media hermana Ulrike En 1809 Kleist fue a Praga, y finalmente se instaló en Berlín, donde editó (1810/1811), el Berliner Abendblätter (de). Cautivado por los logros intelectuales y musicales de los enfermos terminales Henriette Vogel, Kleist, quien era más desanimado y amargado que nunca, accedió a cumplir sus órdenes y morir con ella, la realización de esta resolución por primera disparar Vogel y luego a sí mismo en la orilla del Kleiner Wannsee (Little Wannsee) cerca de Potsdam, el 21 de noviembre de 1811. [1] Según la Encyclopædia Britannica Undécimo Edición, "Toda la vida de Kleist fue llenado por una lucha incansable de la felicidad ideal y ilusoria, y esto se refleja en gran parte de su obra. Era, con mucho, el más importante dramaturgo alemán del norte del movimiento romántico, y no hay otro de los románticos se le acerca en la energía con la que se expresa la indignación patriótica ". Leer menos

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